¿Qué es lo que queremos? (5) – Aclarando la Pregunta

(anterior)

Ahora, para responder a la pregunta de «Qué Queremos», llegó el momento de adentrarme en ciertos terrenos que, para algunos, resultarán extraños. Hasta este momento todo lo dicho entra en lo razonable, incluso lo lógico, pero ahora, para explicar ciertas cosas, debo internarme en campos que he investigado pero que no resultan tan «tangibles». Por ello, no estaría de más antes de seguir esta reflexión pasarse por «Creer o no creer… Una elección libre pero… ¿Consecuente?» .

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Que el lo que queremos - Nuestros Objetivos - www.vueloalalibertad.comAclarando la Pregunta

La realidad es que existe una necesidad: Saber lo que queremos, y sin cubrir esta necesidad es imposible ir a parte alguna, es como querer viajar sin mapas, puedes terminar en cualquier sitio pero, como he señalado, nos han despistado tanto, que hemos llegando al punto que pocos, realmente muy pocos, saben lo que quieren hacer con su vida.

Nos han desviado la atención demasiado hacia lo que otros han considerado que era lo correcto o lo inteligente, y nos han desviado demasiado hacia saber lo que queremos «tener». Cualquiera que se pare a analizar esto un poco se dará cuenta que esto nos ha colocado en lo que dije anteriormente: ¿Se ha hecho la Ley para servir al hombre o…?

Al final, nos pasamos la vida al servicio de cualquier cosa menos de nosotros mismos, perdidos y sin rumbo, no siendo para la mayoría hasta demasiado tarde que se tiene consciencia de ello, si es que llegan a darse cuenta.

Vivir los deseos ajenos y no los propios

En este sentido, con los deseo adoptados y no propios, sin saber realmente qué queremos, o no atreviéndonos a reclamarlo, al final siempre hay un sentimiento de pérdida y de vacío. Este radica en que, en el fondo de todo deseo real, profundo, lo que de verdad subyace no es tener más, sino el ansia de Libertad.

Pero un detalle importante: Este ansia es un recuerdo, no una ambición.

Es algo profundamente grabado en la psique del ser humano. porque lo trae desde antes de nacer, y para podernos conectar con ello no debemos avanzar, sino retroceder. Tenemos que retroceder al punto anterior, el momento previo en el que fuimos codificados, nos implantaron los programas ocultos de un pasado perdido.

Pasado en el que también luchamos, seguramente vanamente, por realizar esa libertad. Así como fuimos codificados por nuestros padres, por la sociedad, por el miedo y, también, por la lógica y aplastante razón, así como por tantas cosas que desconocemos… Sólo cuando somos capaces de recordar para qué vinimos aquí, qué es lo que fue lo que nos hizo venir o, mejor dicho, retornar, podemos conectar con quienes somos realmente.

¿Cuál fue el origen de todo esto?

Para alcanzar cierta felicidad duradera no es necesario saber esto último, aunque en un momento dado puede que llegue a ser necesario.

Lo será para poder avanzar en nuestra vida, porque para que sintamos que tiene sentido, es más necesario saber justo lo anterior: Que es lo que nos hizo venir aquí, que fue el imán que nos atrajo.

Esto es lo que, también deformado, se ha venido en llamar La Misión. Algo que está tan de moda, que hasta las empresas lo han adoptado. Cuando se llega al punto que la sociedad acepta algo de esta forma, me pongo en guardia, porque casi siempre termina por desvirtuar lo que puede ser una gran verdad, y dejarlo en algo que ya no sirve más que a otros fines.

De tal forma que, incluso en lo que llamo los ambientes alternativos, lo que debería ser la misión, se ha transformado en LA MISIÓN. Parece que todos deberíamos ser héroes, triunfadores, inventores que pasaran a los anales de la historia, o iluminados capaces de resucitar a los muertos y andar sobre las aguas…

La Realidad es más simple

Estupideces, memeces. La mayoría no hemos vuelto para nada de todo eso, sino por cosas mucho más banales, sencillas. Pero es bueno que creamos que hemos fracasado, según unos determinados baremos.

Porque, además de conseguir así para nosotros los anclajes para volver a intentarlo en una próxima vida. Nos pasamos la presente vida frustrados, sin lograr conectar con nuestras máximas potencialidades y capacidades, fiando más de lo que nos dicen, que intentando comprender lo que algo dentro de nosotros nos dice.

Y ahí es donde entra en juego la necesidad de conectarnos con lo que es nuestra real elección, con lo que realmente queremos hacer con y en nuestra vida, con esa parcela interior que conoce donde vive la Libertad, pero que nos han hecho olvidar porque es demasiado poderosa.

El Poder de lo que Viene de Antes

¿Cómo es posible −me preguntaba− que cosas que sólo he leído una vez hace treinta o más años se hayan quedado grabadas en mi mente a fuego y otras, estudiadas hasta el agotamiento, hoy ni siquiera sean un recuerdo? ¿Cómo es posible haber realizado ciertas cosas realmente difíciles cuando otras, mucho más fáciles aparentemente, han resultado imposibles? ¿Fuerza de voluntad? Está claro que no. ¿Motivación?

En gran medida, ¿pero por qué hacia cosas que, aparentemente, no había motivo para que me motivaran, y otras que debían motivarme no lo hacían…? ¡Ah, ya sé…! Gustos. ¿Pero por qué esos gustos concretamente si ni siquiera formaban parte de mi educación…?

Porque esos gustos venían de antes y, tirando y tirando del hilo, me di cuenta que cuando me conectaba con esos gustos, con esa elección que era Libre y que, además, las más de las veces era contraria a mucho de lo lógico y esperado, era cuando no sólo era más eficiente en el campo que fuera, sino que, lo más importante, era Feliz.

Y estos los resultados de eso que Viene de Antes

No importaba el esfuerzo que tenía que hacer o, incluso, el sacrificio, porque ninguno era tal.

Escalar la cumbre era duro, difícil, pero disfrutaba de cada paso. La fuerza de voluntad era una broma, la motivación, incluso contraria a toda lógica, no era siguiera algo sobre lo que reflexionar, todo era sólo una cosa… Respirar felicidad, realización… (otra palabreja que de tanto usarse y «mal-utilizarse» ha perdido todo su original valor).

La energía, el poder que te proporciona conectar con lo que realmente quieres hacer con tu vida es algo que va más allá de toda comprensión, pero lo que quieres hacer de tu vida −seamos consciente de ello porque es la clave de muchos errores− puede ser muy simple, algo que nada tenga que ver con heroicidades ni grandes sacrificios, y no tiene nada que ver son falsas o reales humildades, esa humildad «agachacabezas» que tanto se ensalza, no, ni mucho menos, sólo tiene que ver con la verdad,  y la verdad no es siempre como no los quiere contar oscura y complicada, a veces es simple, sencilla…

(Continuaré el próximo viernes…)

Enlaces Relacionados

Resulta curioso que haya hablado de la importancia que se le da a la Libertad por parte de los poderes políticos, y de que en realidad es una falacia, y que ahora aparezca este artículo, al final no voy tan descaminado: ¿Por qué creemos ser libres si no es verdad? (si el enlace no se abre, la noticia es de el periódico El Mundo).

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4 comentarios en «¿Qué es lo que queremos? (5) – Aclarando la Pregunta»

  1. Me está ocurriendo eso que pasa en esas ocasiones en las que pretendes transmitir algo que te parece relevante, lo escribes y justo cuando vas a colgarlo, o bien se te cierra el navegador o se va la luz con una sincronía perfecta. No falla.

    Es la segunda vez que escribo esto.. vamos allá otra vez

    Estas navidades me dediqué a ciertas lecturas. Lecturas que de una forma u otra me llevaron conocer las experiencias de ciertas personas con ciertas «enfermedades mentales» comúnmente aceptadas como tales por la psiquiatría, y que sin banalizarlas dado que muchas producen sufrimiento tanto a quienes las padecen como a sus famliares y amigos, relacionaban en algunos casos con otros estados de consciencia y he recordado este post en el que medio en broma, medio en serio, hablábamos sobre la necesidad de estar un poco «loco» para entender o sentir según que cosas.

    Las personas que tienen estas vivencias disponen de un caudal fantástico de experiencias que tienen que expresar como pueden, más allá de la razón, sea mediante símbolos o sea mediante cualquier tipo de arte o expresión creativa.

    Dalí, Van Gogh, San Juan de la Cruz -bipolar de libro- y con una literatura que religiosidad aparte es tremenda, Juan Ramón Jiménez, Dostoievsky, Nietzsche parece que tenían en ocasiones ese «algo» -y que hoy llamaríamos bipolares o poseedores de alguna patología psiquiátrica-, como la expresión de una función cognitiva del cerebro mas desarrollada, la cual todos poseemos en mayor o menor grado y que es la encargada del conocimiento intuitivo y/o telepático.

    La intuición -esa forma de conocimiento súbito, no razonado, no deducido, no inducido y, además, que se acompña del sentimiento de certeza- es el modo que tiene el cerebro humano de acceder al mundo de las Ideas, al mundo que está más allá de los aprioris de la conciencia en estado normal de vigilia.

    Me gustaría recomendar este video que explora estas ideas
    https://www.youtube.com/watch?v=yv8aGJg8Wh0
    «Javier Álvarez, doctor en Filología y en Psiquiatría, con 39 años a sus espaldas atendiendo a enfermos psiquiátricos, ha elaborado una hipótesis – la Hiperia- que permite explicar los fenómenos psíquicos -llamados hasta ahora enfermedades mentales- de otra manera. La aceptación de su hipótesis supondría una total transformación de la psiquiatría tal como la entendemos ahora. La Hiperia, en lugar de catalogar los trastornos mentales como una desestructuración o caída de la conciencia, los define como una hiperestructuración, o una elevación del nivel de la conciencia. En lugar de definirlos como enfermedades, los describe como una función cognitiva en que la conciencia alcanza un grado superior de estructuración, de ahí el término de HIPERIA, del uso del prefijo HIPER, que significa demasiado o excesivo.
    La hiperia es una función cerebral en la que, merced al encendido de un gran número de neuronas a la vez (automatismos mentales), aparecen en la conciencia una serie de vivencias psíquicas, las cuales se presentan siempre con las mismas características fenomenológicas: son repentinas, automáticas y muy intensas. Estas sincronías implican un corte brusco del normal discurrir de la conciencia que, quedando de pronto fuera del control de la voluntad, permite la irrupción de una penetrante vivencia pasiva que es experimentada siempre por el sujeto como algo extraordinario que le llena de asombro y extrañeza.
    Hasta el presente estas vivencias psíquicas vienen siendo catalogadas, bien como síntomas de crisis epilépticas parciales, o bien como síntomas de diferentes trastornos psiquiátricos. Por el contrario, la hipótesis de la hiperia las considera normales, ya que son la expresión de una función cognitiva de nuestro cerebro, la cual todos poseemos en mayor o menor grado y que es la encargada del conocimiento intuitivo y/o telepático.»

    Aristóteles, hace más de dos mil quinientos años, se planteaba esta relación, en su famoso problema XXX, en los siguientes términos:

    “¿Por qué razón todos aquellos que han sido hombres de excepción, bien en lo que respecta a la filosofía, o bien a la ciencia del estado, la poesía o las artes, resultan ser claramente melancólicos, y algunos hasta el punto de hallarse atrapados por las enfermedades provocadas por la bilis negra?” (Aristóteles. El hombre de genio y la melancolía. Barcelona: Quaderns Crema, 1996).

    Me ha parecido interesante para todos aquellos que tenemos curiosidad y experiencias y que no rechazamos ninguna vía. Aquí nos hemos preguntado muchas veces, ¿que es lo que nos hace tener o perder capacidades?

    Para aquellos que también han tenido experiencias inefables, ¿no han estado siempre envueltas en momentos de depresión, problemas, melancolía extrema, etc.? En mi caso si.

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  2. Posverdad y la dictadura de lo políticamente correcto. Si no piensas y actúas como te dicen desde el poder, es que vas contra el sentido común. Vamos que sufrimos de posverdad.

    Algo escuece.

    En este mundo desquiciado, que te llamen loco de vez en cuando casi es un halago.

    Felices fiestas!

    Un saludo

    Responder
  3. Muy buenas reflexiones. Sigo con interés el desarrollo de estas últimas entradas.

    Es curioso, yo también leí el artículo de El Mundo hace mas o menos una semana – si no recuerdo mal – y me acordé precisamente de tus entradas del blog sobre el mismo tema. Me sorprendió, estaba como fuera de lugar en ese medio en concreto.

    Había una frase que sintetizaba bien el mensaje.

    «La libertad se ha usado como máscara agradable de un sistema que promueve precisamente lo contrario»

    Pero como bien reflejas tu, el abanico de factores que nos someten es mucho mas amplio. Tanto como compleja y entretejida es la realidad.

    Un saludo.

    Responder
    • Cuanto temas como estos, que tocamos algunos en ámbitos «marginales», saltan a medios como esos uno se que extrañado, como dices está como fuera de lugar. A mí me llegó un poco por casualidad, no leo prensa oficial desde hace muchos años, pero como a ti me llamó la atención, ¿qué pasa para que hablen de esto aquí y, especialmente, de esta forma? Más aún cuando ahora están con el invento de la posverdad y todo lo que ello lleva detrás, raro…

      Por eso lo comenté aquí, al final voy a estar menos loco de lo que me imaginaba ????

      Gracias y saludos

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