Valorar el Presente – (1/2)

Un ejercicio para Valorar el Presente y, tal vez, cambiar para bien el futuro – Parte 1/2

EL PRÓXIMO SEGUNDO

El próximo segundo… Ya está aquí… La llegó… Ya se fue… Así se aprende a Valorar el Presente, siendo consciente de que, ahora mismo, ya no existe, se fue…

UN PEQUEÑO RELATO

La mirada se le perdió en el horizonte como se perdían sus pensamientos, sus reflexiones…

¿Cómo era posible que las cosas hubiesen girado de una forma tan negativa? En los últimos tiempos, años, nada parecía ir hacia adelante. Todo cuanto intentaba terminaba en nada o peor.

Era cierto que con todo y con eso había logrado algunas cosas pero, en el balance final y en la razón primera y última de esos logros, había un intento de algo que no terminaba de alcanzarse, y bien sabía él que por debajo de la apariencia sólo era cuestión de tiempo, si algo no cambiaba drásticamente, que incluso lo que aparentaba ser bueno en su vida se fuera por el desagüe…

A veces hacerlo todo bien no es suficiente

¿Cómo era posible hacer constantemente las cosas bien y que salieran mal? Era curioso porque desde el punto de vista racional, matemático incluso, todo se había hecho bien pero el resultado final no se correspondía con ello, parecía como si todo o la mayor parte y, en todo caso, lo más importante resultara al final complicado, difícil o, exactamente, mal.

Lo único que salvaba la situación, aunque era cuestión de tiempo que esa fuente también se agotara, eran los ahorros que había acumulado a lo largo de su vida; sabía que algo debía de hacer pero el qué era clave, y después de los últimos intentos tan bien planeados y calculados ya tenía miedo hasta del pensamiento de intentarlo de nuevo.

Reflexionó sobre algunas de las cosas que estaban creándole problemas intentando comprender su origen… Le habían dicho hace tiempo que el por qué tiene menos importancia que el para qué, pero el no entendía el para qué del sufrimiento, desde hacía mucho tiempo había comprendido que el sufrimiento por sí mismo raramente enseña nada a nadie, sólo nubla la vista y llena el corazón de esperanzas por algo mejor que raramente se cumplen. Y el por qué le resultaba vago.

Leyes que sólo demuestran ser teorías

Hacía mucho tiempo había visto como las cosas de la vida se pueden organizar, de una forma magnífica, a favor de algo mejor casi como si no hiciéramos nada, no era él el que iba a negar esa extraña y huidiza Ley de la Atracción, pero ya no sabía si él atraía o es que se sintonizaba con lo que le atraía a él.

Era una extraña ley, parecía funcionar mejor cuando renuncias a tu deseo que cuando te empeñas en él… Y había alguna cosa deseada toda su vida sobre la que no había fisura alguna entre su mente, su corazón y su espíritu; todo su ser y lo más profundo de su ser apuntaban hacía allí sin ninguna duda, ni la menor.

Incluso muchas aspectos no buscados, sino encontrados de su carácter, forma de ser e incluso de situaciones y circunstancias de su vida parecía subrayar que todo en su existencia se alineaba con su deseo, pero algo no terminaba de encajar o funcionar porque, a pesar de ser consciente de ello desde hace ya muchos años, en esto la Ley de la Atracción fallaba.

Lo mismo una vez funciona y otras no

Ni que lo dejara correr para, como había visto otras veces, llegara por si mismo, ni que pusiera la mejor arquitectura de visualización, u otras herramientas a su servicio, nada parecía funcionar, y ya tenía suficientes años de experiencia para poderlo decir.

Este momento era como tantos otros en los que se paraba a revisar lo que había hecho intentando comprender cual era la rueda que no terminaba de girar en el delicado engranaje de la vida para que las cosas sucedieran en el mundo real de esta forma tan poco deseable, y tan alejada, de cualquier realidad interior que vivía intensamente.

Le llegó el recuerdo de una persona que habían triunfado y que un día le habló de su primer negocio que abrió cuando tenía diecisiete años: Si hubiese sabido lo que hoy sé nunca lo hubiese hecho, pero no sabía lo que hacía, sólo tenía ilusión y salió bien…

Nadie recuerda los que quedaron en el camino

Pero él sabía que eso no era suficiente, mucha gente se ha quedado en el camino con su ignorancia y su ilusión mano a mano, porque nadie recuerda a los que perdieron, los libros sólo recuerdan los ganadores y toman sus palabras como ejemplo a seguir cuando realmente ni siquiera ellos, a ciencia cierta, saben porque triunfaron donde otros cayeron.

Sí, una vez pasadas las cosas si se analizan pueden, como dijo Steve Jobs, conectarse los puntos clave que han llevado al fracaso o al triunfo pero, como muy bien señalaba él mismo, sólo puede hacerse mirando hacia atrás.

Por tanto cuando estabas tomando esas decisiones no lo estabas haciendo con la seguridad que saliera bien, sino que era sólo un intento de hacerlo bien y, como sobradamente sabía, todo el mundo siempre sin excepción intenta hacer lo mejor que puede. Por tanto, ¿donde estaba la diferencia entre acertar en medio de la ignorancia y fracasar en medio de conocimiento?

El fracaso no existe, excepto para el que ha fracasado

Se sonrió pensando en esa filosófica frase que dice que no hay fracaso, sino formas equivocadas de hacer las cosas, porque a los que se han quedado en medio del camino eso no les sirve de nada.

También pensó en esas personas que parece que se levantan del fracaso varias veces y vuelven cada vez más fuertes, una vez más la historia no nos habla de los que no pudieron levantarse, sino de los que lo lograron y, además, eso para él venía a mostrar que esos que se cayeron en realidad tampoco debían ser tan listos como pregonaban, sino quizás no es que no se hubiesen caído la primera vez, eso puede pasar, sino desde luego no la segunda. La clave de todo ello debía estar en otro sitio y volvió a traer sus pensamientos a su propia vida pensando en alguna de las cosas que ahora le estaban atenazando.

Los hechos del pasado no se pueden cambiar

Se dio cuenta que ahora ya no podía cambiar nada de todas ellas, estaba hecho, habían sido creadas en un momento del pasado y ahora, cuando llegaba el momento de recoger los frutos estos eran amargos.

Y le llegó un pensamiento, ¿aquello fue bien sembrado, se hizo en el momento adecuado y de la forma correcta? Sí, con la información que entonces tenía en la mano era la decisión correcta, ¿entonces por qué esto al igual que otras cosas habían girado a mal sin que pareciera hubiese forma de enderezarlo? Se conocía todas la teorías del positivismo la energía y esas cosas, llevaba leyendo y estudiando sobre ello muchos años, y hasta ahí todo parecía encajar, pero…

(Sigue)

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