¿Por qué el Karma No Funciona?

(Estas entradas tienen por finalidad explicar y aclarar algunas cuestiones que sobre el sentido del Karma, o su sinsentido, por qué no funciona y están contenidas en «Vuelo a la Libertad o el sinsentido del Karma» – 2/4)

El karma no funcionaQuiero explicar aquí, por qué el Karma no funciona, o mejor dicho en su significado tradicional, el que siempre se ha repetido, y que se le atribuye a la palabra Karma

Explicaba cerrando mi anterior entrada que «uno de esos condicionamiento es creer que estamos ligados a esos actos tantas veces inconscientes o involuntarios que, según la tradición genera del Karma, habremos de pagar y purgar...»

Bien, vamos a pensar sobre esto de la ley de la compensación que es, según la versión que yo llamo tradicional, lo que es el sentido de la palabra Karma, lo que significa, y por lo cual digo que ESTE KARMA NO FUNCIONA.

Definir primero qué es bondad o maldad

En primer lugar, el juicio sobre la bondad o maldad, lo bueno o malo que una persona haya hecho, sólo se puede hacer si todos partiéramos de un mismo, e igual punto de partida, de la misma base.

Pero eso es imposible, porque no hay dos vidas iguales. Y vamos a una metáfora, a un ejemplo un poco extremo, pero muy válido si se quiere entender. Porque si seguimos el principio, de que si un razonamiento llevado a sus últimos extremos sigue siendo válido, es que es válido, sino no lo es, e imaginemos el siguiente caso.

Un ejemplo de malas acciones

África, un niño secuestrado, le arman y preparan para matar, se convierte en un señor de la guerra, un ser que realiza todo lo malo que uno se pueda imaginar, y un buen día se muere, ya sea que lo maten, o lo que sea. ¿Quién condena a ese hombre? Esta claro que las leyes humanas tendrán que hacerlo, si le cogen, pero… ¿Y más Arriba? Al fin y al cabo sólo fue una víctima, no tuvo opciones de educación ni de elección, sólo se enfrentó a la única ley que, realmente, impera en este plano energético: La supervivencia. Y, como todos, hizo lo mejor que pudo con lo que le dieron.

Ahora ustedes me dicen que no, que nadie le condena más Arriba, sino que es el que se condena cuando observa lo que ha hecho. Falso también, el no podía hacer otra cosa que la que hizo, no tuvo elección, y si se condena se está equivocando, es un error que se condene por algo que no pudo elegir, por lo menos de forma consciente y responsable.

Aquí alguien dirá que estaba pagando Karma… ¿Qué clase de Karma se paga que te lleve a ser un asesino y un criminal? Lo siento pero el razonamiento llevado a sus extremos no funciona.

Un ejemplo de buenas acciones

Y ahora, tomemos el otro extremo, alguien que nace rodeado de todas las comodidades, que no le falta de nada, que crece con una buena educación, y llevado por un interés innato hace meditación, ayuda a la comunidad, etc., etc., etc… Vale, este está generando buen Karma y cuando llegue su momento recogerá buen Karma… ¿Es justo?

Bueno, alguien dirá que antes generó buen Karma, que por eso disfruta de esa vida, lo cual llevado al último extremo nos dice que los nacidos en familias como los Rockefeller, o los Rothschild, debían de haber sido muy buenos… Lo cual si lo pensamos un poco, y observamos los actos de los miembros de estas familias, tampoco cuadra.

Y es que el significado o sentido del Karma tradicional, nos calma las inquietudes, porque le da una dirección, una validez a nuestros esfuerzos por hacer mejor las cosas pero, especialmente, lo que le da es un sentido como herramienta de control, que es lo que en realidad es.

¿Cuál es la finalidad de esta interpretación del Karma?

Hay algo que digo siempre, y es que todas las «organizaciones de conocimiento», ya sean religiones, sectas, sociedades secretas. o lo que ustedes quieran, sólo tienen un fin último: Controlar a las personas, buscar su obediencia.

Si miramos atentamente, todas dicen lo mismo: Tu haz lo que yo te digo, porque así te va a ir bien, eso sí… En el futuro. En otra vida o en el paraíso, pero aquí y ahora de momento haz lo que yo te digo…

Y ahí se incluye si lo consideran necesario, ya sea matar o hacer toda la clase de barbaridades, las que se les ocurran para defender sus creencias…

Y esto se actualiza hoy

Si lo pensamos, las nuevas religiones como la economía, dirigidas por personajes revestidos de autoridad, con el ropaje de premios de renombre internacional, o de cátedras prestigiosas, hacen lo mismo: Yo sé lo que te conviene y tú haz lo que yo te digo y en el futuro te irá bien…

E igualmente llevan a la gente a la guerra por su propio bien, claro que ellos no van… De momento, tanto a las «organizaciones de conocimiento» tradicionales, como la más modernas, hacen lo mismo, tienen el mismo discurso y buscan los mismos fines, y si lo dudan, miren quienes son en última instancia los beneficiados de sus discursos…

Yo también, durante muchos años, estuve ligado a esta idea del misticismo oriental, de su larga y venerable tradición, hasta que un día caí en la cuenta de lo que, esa venerable tradición, había hecho por las personas en el país donde más destaca esa tradición: Crear el sistema de castas.

El objetivo de las religiones

Eso es lo que las religiones siempre han buscado en todas partes: En Occidente, cuando la Iglesia tenía todo el poder, y se vivía bajo la ley de la religión, ¿cuál era la vida de su rebaño? Miseria, miseria y miseria… Pertenecían a la tierra, al señor de la tierra, y nunca la esperanza de vida fue más baja que en esa época. Eso sí, bienaventurados todos los que… porque tendréis vuestra recompensa en… Ya… Vale… Oído cocina. ¿Tiene sentido? Pues si no lo tiene, es que es simplemente una mentira.

El Karma, y el sentido que se le da cuando va de la mano de la reencarnación, no es más que eso: Una creencia que tranquiliza, que le da dirección a lo que hacemos, que nos da esperanza en un hipotético futuro, que siempre será mejor, y nos hace dóciles al control de a quién realmente sirve esa idea, evitando que intentemos modificar realmente, y profundamente, el presente…

Hablamos organizaciones, no de personas

Pero cuidado… No digo que las personas que creen en ello, que lo practiquen, lo hagan con esa idea, que tengan ese objetivo, por lo menos en sus bases.

Seguro que creen en ello de buena fe, y lo puedo decir porque yo también compartí esa creencia toda mi vida, y nunca pretendí el control de nadie, sólo digo que es una creencia que no les ayudará, por lo menos a lo que en última instancia se supone pretende, porque su fin es otro.

Por eso el subtítulo de mi libro Vuelo a la Libertad es o el sinsentido del Karma, porque por lo menos por esta parte no tiene sentido la definición tradicional de la palabra Karma.

En la próxima entrada hablaré del significado y sentido del Karma desde el punto de vista que yo llamo esotérico.

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